domingo, 19 de junio de 2011

El Veral


No entiendo como un evento musical de primer orden como este, y siendo gratis, tenga tan poco tirón. ¿Miedo a la programación gafapasta? ¿Se nos han casado los indis? ¿Vergüenza a que nos vean mover el esqueleto en la Pérgola? ¿Es mejor que sea de pago? NO LO SÉ. Lo que si sé es lo que pasó ayer.
Con una hora de retraso, me comentan que la grua se llevó la furgoneta de los técnicos de sonido, pero con el equipo dentro, comenzó el asunto. Cuando llegué estaba empezando My Friendly Ghost. Estos chicos van a más y pueden ser la nueva esperanza del rock local, la verdad es que sonaron muy bien.


Fernando Alfaro nos presentaba su nuevo disco y lo cierto es que ha perdido la velocidad y electricidad de Chucho, aunque hay que decir que suena más contundente en directo que en el disco. Terminó el concierto con una concesión a los fans como es Fuerte de Surfin´ Bichos, creo que también lo hacía con Chucho.


Entrando la noche arrancaron Triángulo de Amor Bizarro, ruidistas y espídicos desgranaron las canciones de su segundo disco y otras tantas del anterior que fueron las más coreadas por la afición (ese Himno de la Bala...). El volumen ascendía pero la afluencia de personal no.


Para cerrar subieron al escenario unos desconocidos por estos lares, Yuck. He de decir que yo iba con los deberes hechos y el disco escuchado. Fantásticos. Siendo modelnos se puede decir que actitud shoegaze junto con rock independiente americano de los 90, en la onda Dinosaur Jr, Pavement, Shebadoo, etc. Sonaban desde la primera canción, potentes, distorsionadores. Que quieren que les diga si me formé en los 90, que fue hasta emocionante volver a esa época y además con un grupo, aunque británico, con sabor americano sobre las tablas. ¡Si hasta vimos a gente volando sobre el público! (timidamente, eso si). Y cerraron con distorsiones que me recordaron a la primera vez que vi a los Planetas en la sala Mambo, además de la coincidencia de chica al bajo.

Resumiending: Lo que algunos podían presuponer como una fiesta tristona, melancólica, en definitiva gafapasta, se equivocaron por completo ya que vivimos una noche sobre todo eléctrica, volviendo al rock de los 90 y con calidad, sobre todo mucha calidad.

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